Este pasado 28 de julio del presente año, se presentó en el Palacio de la Música de Mérida, Yucatán, Troker, que es un grupo dedicado al jazz psicodélico que tiene un sonido único y sin igual. Su ritmo y su asombrosa forma de tocar los instrumentos, junto con su performance en escenario, hicieron que esa noche fuese una experiencia inolvidable para los asistentes. Troker brindó un show perfecto con carisma, calidad e incluso participación del público, tanto fue el agrado de la audiencia, que cuando terminó el show, tuvieron una ovación de pie por parte de varios de los asistentes. Ahora demos un repaso de cómo se vivió aquella noche.
Primero que nada, un poco de contexto. Troker es una banda proveniente de Guadalajara, México que se dedica a hacer y tocar música que viene del género del jazz, aunque también implementan un poco de rock, funk y un poco más. Es bastante variado el número de mezclas y combinaciones que hacen con dichos géneros y más que logran terminar en varios tipos de sonidos tan excéntricos, complejos, pero a su vez, hermosos. El grupo tiene una forma de tocar cada uno de sus instrumentos, que a pesar de que son instrumentos que comúnmente entre el público general no tienen una relación, Troker logra unificarlos como parte de un todo que tiene una naturaleza hermosa.
Las personalidades de los artistas destacan en los instrumentos que tocan, cada uno de ellos tiene un instrumento distinto para tocar y a lo largo de la noche, se pudo observar cómo a pesar de dicha diferencia instrumental, se mantiene una cohesión y coordinación que se puede apreciar en cada una de sus canciones. A pesar de provocar sonidos completamente diferentes, se sigue sintiendo como un grupo y se integra perfectamente, hasta el punto en que no puedes imaginarlo sin ninguna de sus piezas. Tenemos la batería, el teclado, saxofón, trompeta, un dj y el bajo que la verdad provocan una en conjunto una bella experiencia musical que dejó un impacto en todo el auditorio.
En mi opinión algo a destacar de la banda es su forma de tocar, ya que poniendo de lado que logren hacer que suenen tan bien esos instrumentos juntos, tienen una forma de estar en el escenario que la verdad no había presenciado nunca. El escenario no es sólo suyo como una plataforma de un artista inalcanzable, sino que es un lugar para ellos y la audiencia que los escucha, es algo difícil de explicar, pero mientras están tocando, no se siente que lo hagan para el público, sino con ellos. El grupo emana una sensación de cercanía con el espectador que hace sentir una confianza que provoca que la situación se sienta como si estuviésemos viéndolos en uno de sus ensayos
La forma en que tocan igual destaca, ya que por momentos tenemos largos ratos de música sin corte que la verdad se disfrutan demasiado y se aprecian aún más, pero hay ocasiones en las que un integrante se tiene que salir del escenario por la razón que sea. De hecho, hubo momentos en que sólo quedaba un integrante, pero la fiesta no se detenía, que sólo estuviese uno no significaba que la música bajaría de calidad, al contrario, también fue un espectáculo increíble poder observar a los artistas de esa forma.
Algo que suele suceder en grupos grandes es que por momentos se siente que tenemos a una “estrella” principal, un individuo que destaca por encima de los demás o una persona que se lleva todos los reflectores. En el caso de Troker todos son los protagonistas, no hay uno que destaque más que los demás y lo mejor de todo es que también todos tienen su momento de brillar. Hubo ocasiones en las que uno se quedaba sólo o a través de la música destacaba y llamaba tu atención, pero todos tuvieron momentos así que se sintieron equitativamente repartidos y en definitiva fue un deleite poder escucharlos así.
Pero de nada sirve que un grupo toque muy bien si su público no se siente atraído por la música que tocan, pero es de mi agrado decir que el público estaba completamente invertido en la experiencia, incluso aquellos que estuvimos de prensa, se pudo observar que no hubo ni una sola persona que pasara un mal rato. Mientras tocaban había momentos en que integraban al público en su música o se tomaban ratos para hablar con ellos o para pedir que subieran las luces y ver los rostros de su audiencia. En definitiva fue una experiencia como ninguna otra.
Finalmente, cabe destacar que Troker, a pesar de tener varios años bajo su cinturón, se sigue manteniendo vigente, con un sonido innovador que atrapa, llama la atención y encima de todo, dan un espectáculo que perdurará por mucho tiempo.
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