“Butterfly” de Starchild, el álbum queer punk que rompe esquemas desde Virginia
Desde Williamsburg, Virginia, el artista queer Starchild nos entrega “Butterfly”, un álbum vibrante y emocional que abraza la ternura, el deseo y el caos con una frescura contagiosa.
Mezclando indie pop, dance punk y toques de reggae, el disco se mueve entre lo confesional y lo bailable, entre lo vulnerable y lo lúdico. Es una obra que celebra las emociones intensas, los vínculos improbables y la posibilidad de amar sin reservas.
Grabado, producido y mezclado por el propio artista en casa, Butterfly respira libertad creativa y una sensibilidad DIY que recuerda a artistas como Le Tigre, The Magnetic Fields o Perfume Genius. La masterización estuvo a cargo de Kevin Koelzer, completando un sonido envolvente y lleno de matices.
Canciones como “Garden Walls” pintan escenas de romanticismo periférico, mientras que “PG-13” convierte una atracción adolescente en una fantasía queer bañada en sol texano. Por su parte, “Sex Is Good for Stress” rompe tabúes con humor, honestidad y un ritmo irresistible que transforma el cuerpo en lugar de resistencia y goce.
Starchild no teme mostrarse intensamente humano. “Butterfly” es una celebración de lo queer, lo íntimo y lo emocionalmente desbordante, una invitación a bailar mientras sentimos —aunque duela, aunque arda, aunque sea solo por un momento.
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